vienes a mí, desgajado
de un pétalo de soledad.
Tus ojos son espejuelos
que enseñan mi figura;
tu boca, una gota
en la superficie de tu rostro
Todo tú, como un vaho efímero
que fugaz desaparece...
En el poniente de colores,
en la mezcla de cielo y ciudad,
te escabulles entre las sombras,
eres claroscuros y opacidad.
Por ello, por todo ello me parece verte
en cada esquina
camuflado con alguien más
y huelo tu perfume en los caminantes
que van dejando un surco al pasar.
Tu soledad es la presea que consagra mi corazón.
Hay sed de caricias y de un beso final.
En la oscuridad de la tarde
vienes hacia mí coagulado
de un sueño más.
Paula Cruz Roggero
Poema sublime
ResponderEliminar.
Abraço
Me gusta tu intensidad, abrazos
ResponderEliminarBonito e intenso. Un abrazo
ResponderEliminar