martes, 22 de septiembre de 2020

POEMA 204


¿Por qué no existe la noción de tiempo en mí?

Desde que te marchaste los minutos gotean

de una enorme clepsidra

y cada instante es una sombra de la muerte.

La primavera brota en l.as esquinas,

se llena el rosedal,

y lo contemplo como a un ser extraño,

simplemente no lo reconozco.

Porque estabas en todo lo que me rodea

y ahora no estás en ningún lado

siento el enorme vacío

de una cisterna de invierno sin fin.

Ciertamente ya no tengo tus ojos,

esos enormes ojos verdes

que sacudían el aire con su parpadeo,

y trazaban el destino de la tarde

con su mirada cansina.

Ojos coronados por sienes plateadas,

nimbados de un aura celestial.

Ni tengo tu cuerpo, valles y hondonadas,

salientes y colinas donde reposar.

Es primavera sin tu mirada,

una cruel primavera repleta de vacuidad.

...Y tengo las manos llenas de ti,

y el sabor de mi boca es el tuyo,

Y mi piel un gran manto para cubrirte.

El tiempo pasa y yo estoy suspendida en él,

como en un gran agujero negro...


Paula Cruz Roggero




domingo, 20 de septiembre de 2020

POEMA 203

Esta mañana desperté sin tus ojos,

sin el latido de tu piel,.

sin tus sienes plateadas,

tan sólo con tu perfume en mi almohada,

y la abracé y me fundí en ella

como si me fundiera en ti...

¡Vaya locura la mía!

Encontrarte en cada lugar, 

en casa trozo de espacio...

y besarte en el aire,

y hacer comunión

con todas las cosas

porque en todo estás tú...

martes, 15 de septiembre de 2020

POEMA 202


Esta tarde se manifiesta pausada y tristona.

Camino frente a la ventana y observo:

Un remolino de hojas del invierno que pasa

y su silencio de flores mustias.

Sin embargo, hoy comienza a renacer:

el hibisco, las calas y el rosedal.

Siento un frescor que acaricia mis brazos,

una ráfaga que penetra mi piel,

y en medio de sombras y fantasmas,

un rayo de luz descompone el aire en miles de particulas

que fulguran y abrillantan el espacio.

Primavera llega en un mutismo absoluto.

Repito tu nombre y resquebrajo el silencio. 

Pienso en ti.

domingo, 6 de septiembre de 2020

POEMA 201


El sol calienta tibiamente mi rostro,
invierno va llegando a su fin
Entre nubes esponjosas
se lo ve brillar,
un tanto pálido aún...
Pareciera que en el cielo
se dibujara tu faz
una y otra vez
entre la espuma nubosa.
Y se repite como un eco
en la gran cúpula.
Nunca pensé extrañar tanto
lo que desconozco,
eres una añoranza 
sin principio ni fin 
y cuando el firmamento 
se despeja por momentos
te siento más cercano todavía,
brillando sólo para mí.
Tu sol, mi sol
ese que llevo dentro
renace al borde de mi boca
como una oblea sangrienta
presa de tanto amor
de tanto amar,
y en el mundo de las mariposas
en el estómago
eres emperador,
la mariposa transparente
como una filigrana
que riega su luz
allí donde las sombras
hacen estragos...


Paula Cruz Roggero

sábado, 22 de agosto de 2020

POEMA 200


Amor dilatado en el tiempo,
esta noche es sólo amor,
amor de esos que se escriben en versos
y que yo no logro capturar.
Una hilera de palabras 
que se va disipando
y que penetra las paredes
Eso, es lo único que tengo 
para hablar de él.
Por tan poco para decir tanto
el silencio es pétreo
la soledad inmarcesible
y él brilla como un abrojo en el cielo,
quizás como una estrella en la tierra
..pero esta noche es sólo amor y me acurruco en el manto de su piel,
y dejo que palabras, relojes,
sombras, caricias subrepticias,
dagas y navajas salgan de mí,
porque para amar hay que ser un papel en blanco


Paula

POEMA 199


Sálvame de la oscuridad,
de este río de sombras
que fluye entre meandros
en la noche silenciosa.
Regálame una hilacha de luz
aunque más no sea,
un pequeño fulgor,
la palidez de un rayo filtrado entre las opacidades...
Que yo te busco a tientas,
y tengo un altar donde te rezo,
llena de ti en la mirada,
vacuo, ausente el corazón.
Iré encendiendo una fila de velas
en cada lugar donde te encuentre,
la habitación estará llena de plegarias
y las plegarias estarán llenas de ti.
Dame, dame una partición de tu luz
mientras tejo la toga de una vestal
y me entrego a ti en los claroscuros de las velas
y como a la ostia te recibo,
yo mujer, tú mi dios.

Paula Cruz Roggero

jueves, 20 de agosto de 2020

POEMA 198


En el abismo de la mañana
observo tu nariz de un Nemrod, de un Hamurabi...
y ese perfil perfecto llena
de palomas el aire.
Duermes como ese rey lejano,
vestido de una piel lustrosa
y estás lubricado por las estrellas de la noche.
Mis manos engarzan la caricia,
mi cuerpo es un manto tibio, 
toda yo rebozo de piel audaz. Ámote en todas tus esquinas,
en cada poro del silencio
mientras duermes me desvelo.
Soy dulzor cuando te contemplo
y amargo es mi sabor cuando no estás.
En las pupilas fijo tu reflejo,
son como espejos de tu identidad,
como sellos en una filigrana...
Son eso y mucho más.
Es invierno y me convierto en abrigo,
me expando por tu cuerpo,
como una hiedra inmarcesible en un muro.
Tú, suspiras entre un sueño y otro,
y con la cabeza sobre el valle de tu pecho,
escucho latir tu corazón 
con la esperanza de que entre sístole y díastole,
murmure mi nombre.

Paula Cruz Roggero

sábado, 15 de agosto de 2020

POEMA 197


Desde la torre alta de mi ser
me inclino sobre ti
para observarte mientras duermes.
Eres un nido de mariposas, 
un suave colchón de piel
que reposa dormido sobre el lecho de mi cama.
Mis arterias pulsan obsesionadas,
tu cuerpo lustroso respira suave.
A veces me pregunto si estás
o eres simplemente parte de mi ensueño...
Me abismo sobre ti,
mis manos son ramilletes de caricias,
mi boca, la copa donde bebas de mí.
No quiero romper el letargo
mantenerlo en una dilación...
Tú dormido, inconsciente de mi,
yo mirándote, con las pupilas llenas de ti.

Paula Cruz Roggero

viernes, 14 de agosto de 2020

POEMA 196


¿Por qué las mañanas tienen las venas abiertas?
El gran sol parece gotear  
su sangre multicolor.
El amanecer todo es como una llaga supurando luz.
¿Y yo?
Procedo a su ritmo.
Nada está fuera de fase,
ni tan siquiera el dolor...
Porque duele el proceso
Hora tras hora, minuto tras minuto.
Ver las sombras convertirse en fulgor
y en la lontananza, encendida la mañana.
Es despertarse y darse cuenta
de que ha transcurrido un día más...
De que hemos muerto un, día más...
Por eso, bebe de este amanecer que no volverá,
juega en sus claroscuros que hoy moriran,
Míralo sangrar en el horizonte
que no se repetirá.
Vive porque luego es seguro que no lo harás.

Paula Cruz Roggero

jueves, 13 de agosto de 2020

POEMA 195


Otra vez frente a la ventana,
 el caer de la tarde,
el caleidoscopio de colores en el horizonte.
La lontananza se esfuma y no se sabe dónde acaba el cielo y comienza la ciudad...
No sé dónde acabo yo y dónde comienza el espacio.
Un espacio espeso, hermético,
que no me permite la lágrima,
tampoco la sonrisa.
Es una tarde que se va diluyendo
en una noche que me mira asombrada..
Una tarde que llora sangre en sus últimos rayos de un macilento sol.
Una tarde que va expirando dentro de mí
y poco a poco me envuelven
las sombras nocturnas.
Apenas si puedo respirar,
el aire es denso.
Yo me siento densa, atiborrada
de pensamientos que vienen y van.
La primer capa de estrellas
bautiza todo lo que hay...
La noche incipiente me contempla absorta.
El ensueño atrapa mi cuerpo.
Caigo lentamente en un letargo.


Paula Cruz Roggero

miércoles, 12 de agosto de 2020

POEMA 194


A veces tengo la sensación
de que mi mundo está contraído
y sólo por momentos se dilata...
El tiempo parece tener
un diferente transcurrir.
Cuando te miro está dilatado,
mientras hablas tus palabras tienen ecos,
y todo se sucede en un letargo.
Pero si te acercas es inevitable la contracción,
la sangre ebulle en las arterias
y mi mundo de papel 
se hace trizas bajo tu mirada.
¿Acaso no ves cientos de mariposas rodeándome?
¿Y mi rostro perdido en el verdor de tus ojos?
Amor, son las once de la noche 
y sigo en esta dilación,
en este letargo casi mágico.
¿Sabes, sueño tu piel?
El candor de tu piel,
el aroma que posee.
¡Ay mujer, mujer! Estás enamorada.
Yo, si yo he caído en el amor

Paula Cruz Roggero

martes, 11 de agosto de 2020

POEMA 193


La veladora arde en el silencio,
su luz demacrada tiembla junto a mí.
Si pudieras comprender
que estoy embebida
por estas cuatro paredes,
que estoy absorbida por estos muros,
que hay sed que te desea
Y un mundo de pajárillos
que te añora
Si entendieras cada fisura de mi piel
cada surco ajado sobre ella,
beberías entonces 
de la cisterna  de agua fría
que es mi boca,
aceptarías el ramillete de flores
que crece en mis manos
Te recostarías lustroso
junto a mí: cuerpo con cuerpo.
Pero... Sólo tengo esta lámpara de estrellas
que macilentas recorren
con trémula luz mi piel
...y la veladora que, apenas brilla,tal cual una vela a punto de morir...
El dolor es grande y empuña
su cabeza filosa en mi pecho.
Un cuchillo de flores,  
una daga de rosas...
Si bebieras de estas paredes,
si me bebieras,
descubrirías deformes pájaros,
alas de mariposas 
y un sueño de rostro extraño
que te observa de una esquina 
como queriendo capturarte para siempre en su pupila...

Paula Cruz Roggero

POEMA 192


En el atalaya mi ser contemplo
la vasta extensión de tu piel
y me refugio entre sombras
y espío: todo tú, toda yo.
Tu voz resuena en mi mente
como cientos de pájaros en bandada.
Se vuelve un eco 
que en el fondo canta.
Amanezco embebida de ti,
Con tu sabor en la boca,
Las orquídeas me rodean
elevando culto a tu cuerpo.
Soy ante todo una mujer
en el amor, caída en el amor.
Eres un ser lustroso y
como una serpiente te deslizas despacio,
abres surcos donde pasas,
dejas vestigios de tu presencia:
una caricia marcada a fuego,
Un beso que abduce  mi piel.
Yo no sé mucho de esto de amar,
por eso me arrastro en las sombras
temiendo un no sé qué...
mientras tú, lúbrico y envuelto
en tu pálida desnudez
avanzas hacia mí.

Paula Cruz Roggero

lunes, 10 de agosto de 2020

POEMA 191


En la anáfora de tu nombre
en cada sentencia que pronuncio,
escucho tu voz haciendo eco,
humedecida en flores
resquebrajadas por el silencio.
Me gusta escucharte
y saberte allí entre sombras,
como un anuncio de vida o de muerte.
Esa voz me eleva más allá de la soledad,
se convierte en algo vivo
como una sierpe deslizándose
por las esquinas de la habitación.
Y yo como un ente repito y repito tu nombre,
y cada rincón se enciende
y cada pared agranda sus fisuras
y cada sueño se coagula en el centro de mi ser.
Nombrarte hace nacer extrañas mariposas,
pajarillos que carcomen mi piel
Y no hay nada que pueda hacer.
Siempre en la anáfora de tu nombre.

Paula Cruz Roggero





sábado, 8 de agosto de 2020

POEMA 190


Es tu beso que floreció mi cuerpo,
fueron tus manos que aquilataron mi pecho,
fue tu boca que sembró mariposas
en el largo de mi piel...
Y tú sigues dudando de mi amor,
No sabes reconocer 
mis hondonadas exaltadas,
mis valles ávidos.
Todas mis curvas abiertas 
a ti de par en par.
¿Qué más quieres para descubrirme?
Para deshojarme ante ti...
Para quebrarme pétalo a pétalo.
Cuando toda yo estoy sedienta ,
y mi mirada ya no esconde
 nada.
Voy cayendo poco a poco 
en un lecho de flores extravagantes,
Así me desfloro frente a ti,
soy una virgen, una vestal...
Es tu silencio que pobló mis rincones.
Tu mirada soslayada
que marcó mi existencia,
Tus ojos azules, incomprensiblemente azules,
que cosecharon en mi piel.
Y sigues sin entender
que soy un lecho de alondras
Pardas alondras que
te confunden con la noche.
Y eres tú todo aquello
que entre cuatro paredes
puedo desear.

Paula Cruz Roggero


POEMA 189


Son las ocho de la mañana
y el silencio es total.
Salinas no ha despertado aún.
Es sábado y los transeúntes
no corren de prisa a trabajar.
Yo, como siempre en el ventanal.
Una ventana que comunica o incomunica con el exterior,
según sea.
Se oyen lejanamente, quebrando el silencio
de vez en cuando
a los picudos y sus silbidos.
Me molesta que este mutismo
sea roto por deformes criaturas.
Tal vez esté loca pero no me gusta
escuchar trinos, ni cantares
que ajen el silencio.
Yo me desplazo por la habitación
y siempre vuelvo al ventanal, 
Estas paredes encierran
todo mi ser y también mi no ser.
Hay cuerpos lustrosos y lúbricos,
otros con la toga de la santidad,
cientos de cabezas amantes
y las manos florecidas en caricias.
Este es un espacio espeso,
que reluce tras la ventana,
Un espacio doloroso 
si te integras a sus paredes
Son las ocho de la mañana
y no hay levedad.

Paula Cruz Roggero

viernes, 7 de agosto de 2020

POEMA 188


Duerme agosto en mi pecho,
la lluvia trae el aroma salobre del mar.
Voy despedazándolo de a poquito.
Cada trozo de agosto duele más y más.
Me recuesto sobre el frío 
ventanal y puedo sentir su piel
ajada 
por las sombras y la soledad.
Coagula en mi pecho 
la sensación de sus manos frías acariciándome.
Si despiertas con la luz del alba caerá sobre tí el rocío que duele
como esquirlas de cristal
o la lluvia salada que cuaja más abajo en la rambla.
No se siente a los pájaros trinar,
esos pequeños monstruos yacen escondidos...
Y yo...
Sólo puedo dejar que agosto me abduzca mientras se desgrana frente a mis ojos.
Pero... a pesar de su dolor
estoy enamorada de él,
de su opacidad, de su silencio,
de poder sentarme tras los vidrios
y observar las gotitas como astillas
de una cúpula enorme.
Agosto tiene un sabor especial.


Paula Cruz Roggero












jueves, 6 de agosto de 2020

POEMA 187


Si encuentras que entre estas paredes hay vida,
soy yo que respiro mis últimos alientos.
Y en un hálito perfumado
exhalo cansinamente ya.
Los pájaros picudos están afuera 
y las culebras de los cuerpos
apenas serpentean por la habitación.
El dolor es un cuchillo diamantino
que hiere sin piedad:
desgarra irremediablemente.
Pero aún así todavía estoy viva, todavía respiro.
Busca dónde beber de mí
que soy como una vieja
cisterna invernal.
Bebe de mis palabras, de mis sentires.
Configúrate en mí y sabrás
cuan dolorosas son las paredes,
Pero a pesar de eso lo que acabará conmigo
es este silencio de alas de mariposa
que es estridente y sombrío,
cayendo sobre mi cabeza otoñada.
Por eso cierro mis ojos
y siento en mi piel el abrazo oscuro
de la muerte.

Paula Cruz








miércoles, 5 de agosto de 2020

POEMA 186


En la soledad de mi habitación
descubro el candor de una vela.
Crece y crece en mi silencio
parpadeando 
sin cesar entre las sombras.
Me gusta encender un pabilo y mirarlo consumirse 
minuto tras minuto, instante a instante.
Comienzo a compenetrarme con la noche,
a fundirme con su oscuridad,
a integrarme a las paredes opacas y al frío de su cenit.
Hay pájaros en mi silencio,
trinos que no puedo detener,
picos que avizoran mi soledad,
...y el pabilo arde,
rellena los espacios con su luz.
Los claroscuros pintan mi cuerpo
de deseo, de deseo de integrarme al espacio
y comulgar con el pozo que es su oscuridad.
Un aljibe profundo donde me sumerjo
entre las figuras estiradas por la luz de la vela.
Hay mariposas en mi soledad
que sobrevuelan mi cuerpo.
Es un jardín a la luz de un pabilo
Mis manos son racimos de flores;
y mis curvas, hondonadas en un desierto.
Si llegas a mí entre la maleza
y la hermeticidad
Seguro beberás de mis aguas,
seguro nacerán estrellas.
Seguro te miraré como la culebra verde
en la ciénaga atascada
Me echaré a dormir rodeada de animales en mi silencio,
en el cieno perfumado
de una oscuridad de pabilo.

Paula Cruz Roggero


martes, 4 de agosto de 2020

POEMA 185


En la suprema oscuridad
me regodeo como las sierpes
en un hábitat pantanoso.
Soy la culebra que se eleva
en las sombras más oscuras,
y busco el tinte más pálido
donde me dejo ver:
un cuerpo arqueado y lúbrico,
con el pecho turgente
y la hondonada de las caderas
profunda, profundísima...
Tú no me ves, pero me sientes:
arqueada sobre la muralla de tu vientre
recostada entre tus piernas fuertes.
Mezclado el aroma de tu cuerpo en flor
con el olor dulcísimo de una caricia....
En esta oscuridad
que carcome lentamente mis entrañas
te observo entre los juncos de mis pestañas,
te miro desde una esquina 
brotada de silencio
Me echo sobre tu sexo 
lustrosa estatua 
Estas sombras que me envuelven 
me hacen tiritar en cada claroscuro,
Pensando, siempre pensando en ti.


Paula Cruz Roggero

POEMA 184


He andado muchos caminos
dejando mi huella en cada uno,
he surcado un trozo de mi tierra
dejando los vestigios de mi presencia
y en cada uno me faltaste tú,
un sentimiento de incompletitud...
Pero... ¿Quién eres o qué eres exactamente?
A veces te doy un rostro y te venero
otras creo que eres un trozo de poesía
que aún no logro capturar...
Así voy entre las sombras
buscándote, añorándote
aunque no sepa qué estoy añorando.
Tal vez algún día logre escribirte
abandonando el ritual del borrador,
o más aún, tal vez te cruce por la calle
y logre reconocerte...
Pero tal vez la muerte picuda 
me desgrane y no logre jamás saber de ti.
Esta ausencia me está matando,
Este sentirme incompleta
y buscarte cada mañana en un poema más.
Sea como sea llegará un día el ocaso
y cansina me dejaré ir...
Ya no importará tu forma
sólo que siempre te he amado
desde mi extraña soledad.

Paula Cruz Roggero

lunes, 3 de agosto de 2020

POEMA 183


La tarde perfora las sombras
filtra las últimas luces.
Fisurada deja ver los contrastes entre oscuridad y luz
Juego a la rayuela con sus claroscuros
Estoy embebida por su opacidad.
Nazco de la tarde,
soy hija de su sensación moribunda...
de su horizonte desteñido,
del trozo estéril que es su corazón.
Es un sueño atávico que me condena,
un pedacito entre las sombras
que me da filiación.
Pertenezco al mundo misterioso de su silencio
que repta por la habitación.
No puedo no, negarme a ella,
negarle mis palabras
estar ausente de su presencia.
Una hilera de sus letras
desfila frente a mí.
Marchan sus corsos coloridos
que pixelan el cielo.
Yo misma  me siento desdibujada.
Me adormezco en su vientre maternal
y sin darme cuenta la noche cae.

Paula Cruz Roggero


POEMA182


Al alba, mariposa rosácea 
que se desvanece segundo tras segundo,
me siento tras el ventanal
acompañada del sonido del silencio.
Sólo algunos pajarillos picudos
lo resquebrajan con sus cánticos
de vez en cuando
y el salobre del mar se mezcla
con el fino rocío en el jardín.
Tu recuerdo avanza 
minuto a minuto como el día,
y su tinción desmadeja 
los colores del horizonte.
El tiempo se presta para jugar
y como una Penélope 
lo hilacho y lo deshilacho
pensando en ti, en tu cabeza plateada,
sobre mi falda en las madrugadas,
en tu perfil recortado en la oscuridad,
en tu boca... Boca húmeda,
huerto de mil besares...
Y el alba se transforma en la mañana
y el silencio en bullicio permanente
y tu recuerdo en humo gris
que se esfuma  lentamente.
Día tras día el ritual de la aurora 
me deja el agrio sabor
porque tú ya no estás.


Paula Cruz Roggero





domingo, 2 de agosto de 2020

POEMA 181


El invierno avanza,
con sus manchas  de sombra y de luz.
Sus  noches huelen al salobre del mar.
Las mañanas son trocitos de aire puro;
las tardes, agujeros de la oscuridad.
Y yo escribo sentada 
al lado de la gran ventana,
soy testigo de ese sol
como una gran oblea sangrante
cuando el alba despierta, 
y del chorro multicolor
cuando el ocaso todo lo envuelve.
Pienso que vivir en cierta forma es
ser testigo de un ciclo que 
nace, muere y vuelve a empezar.
Y en ese círculo me voy agostando,
voy de a poco marchitándome
Y veo transcurrir hora tras hora,
el dormirse de aquello que
equivocadamente creía  inmarcesible...
como la juventud, la tan ansiada juventud.
Estoy rodeada de cabezas
con las sienes plateadas
y el cuerpo cansino
Yo misma me recuesto a veces
cansada del ir y venir
Y sueño un mundo sin la cultura
de la vejez...
El invierno avanza,
entre manchones de lluvia y silencio.
Yo permanezco en el ventanal
como su más fiel testigo.


Paula Cruz Roggero

POEMA 180


La noche llega con su manto de harapos negros.
Un sueño confunde la habitación, 
Hay manchas de sombras y manchas de luz.
La veladora demacrada apenas se expide en medio de los claroscuros.
En el florero de la esquina del dormitorio
Hay una única flor en tu honor
que cae semi marchta
Yo palpo tu nombre en el silencio,
Su cuerpo es suave pero contundente.
Me sabe tan dulce al tacto...
Llueve... es nuestra melodía,
canción ridículamente amorosa
que rompe ese silencio
por momentos y luego
le vuelve a dar paso.
Como una boa echada en su lecho
yazgo la noche entera pensándote,
amando la distancia que me hace extrañarte.
Rodeada de un jardín de caricias,
de un huerto de besares.
Hasta que la madrugada avanza hacia la luz y se van
resquebrajando los instantes
para el recuerdo de tu piel.

Paula Cruz Roggero.

sábado, 1 de agosto de 2020

POEMA 179


Eres fuego en mi boca,
un orgasmo de la piel,
te explayas en mis sentidos.
Eres una flor que se desgrana.
Cada mañana adornas
con tu beso mi cuerpo,
lo conviertes en santuario,
y una metástasis de placer
se expande rincón a rincón.
Yo te miro entre las sombras,
como te yergues inmaculado
Y siento aun en la distancia
la caricia afanosa de tus manos.
Me gusta contemplarte hombre
y saber que de alguna forma eres mío.
Y entre tus brazos lúbricos
adormecerme
llena de una extraña lujuria.
Comulgar cuerpos y almas,
allí en un pliegue oscuro
de la noche opaca.
Revivir cada vez todo encuentro.
pétalo a pétalo,


Paula Cruz Roggero.


miércoles, 29 de julio de 2020

POEMA 178


La voz del silencio habla
entre cuatro paredes.
Es dolor todo lo que hay.
No puedo detener los sonidos
inconexos y delirantes
de la vieja llaga que supura flores.
Tu cuerpo es de flores
y me miras erguido y lúbrico desde tu altar. 
Tu sangre espesa me bautiza
Eres gigante en tu atrio
desde donde te abismas a mirarme.
Quiero tu cuerpo lustroso embadurnado de la noche
para perderme en sus valles
y fluir por sus aguas llena de ti.
Sin embargo, es dolor todo lo que hay
y es recuerdo todo lo que me persigue.
Eres un fuego fatuo que me encandila.
Y en una lluvia de pétalos
finalmente me quedo dormida.

Paula Cruz Roggero







POEMA 177


El rocío empapa los vidrios,
es como un gran cristal derritiéndose.
La mañana se abre paso
entre la tinción parda de la noche
y un abanico de colores en el horizonte.
Me gusta sentarme y escribir a esta hora
cuando
el silencio se resquebraja
y un alud de sonidos rompe el mutismo.
El parpadeo de mis ojos parece
sacudir los árboles afuera.
El viento tiene  un frío que
quiebra mis huesos...
Pero nada importa, solo sentarme y escribir
una y otra vez, uno y otro borrador.
Es el ritual del borrador,
uno tras otro,
palabras que se quiebran
mientras miro la ventana.
Podría hablar de ti
de mí, y de muchos otros.
Del recuerdo, del pasado
Y de este ahora  a veces lóbrego,
a veces lleno de luz...
pero prefiero mi ritual mañanero
de no saber qué decir,
Al fin y al cabo
algún día sabré para qué 
me siento tan temprano a escribir,

Paula Cruz Roggero



lunes, 27 de julio de 2020

POEMA 176



Sueño deliberado en la noche doliente
Las estrellas son como esquirlas brillamtes.
No podemos dejar de mirar la hondura oscura
ni la profundidad de sus sombras.
Busca un rincón que apacigüe
mi alma,
un pliegue donde me confunda
con la oscuridad,
sus manos tocarán mi piel con la yema fría
de sus largos dedos negros.
y sentiré como humedece mi cuerpo
su cuerpo extenso agostado sobre mí.
..y la noche sigue doliendo
mientras observamos 
su fular de estrellas
en un recodo de la opacidad
y florece el miedo  a mi lado,
rosa extravagante
que perfuma el dolor..
¿Por qué me duele la noche esquirlada?
¿Por qué el miedo a las sombras y su opacidad?
Me acurruco en en rincón entre tus brazos
rogando que no me sueltes nunca jamás.


Paula Cruz Roggero










POEMA 175


El silencio es una cuna
donde me voy a hamacar 
Haz silencio esta noche
en medio de este frío espectral.
Quiero apoyar mi cabeza 
sobre tus piernas fuertes
y que se diluyan las sombras
en tibios claroscuros.
Quiero mirarte al rostro 
cansino y ajado por los años
y encontrarte allí 
debajo de los surcos del tiempo.
Hoy necesito del silencio,
para cerrar los ojos y soñar,
Que las voces inconexas
sean cánticos de luna,
Y toda yo en un arrumaco
tirite entre tus recodos
Y todo tú en un abrazo
seas como una hondonada
donde refugiarme ...
Necesito del silencio
para poder seguir.


Paula Cruz Roggero


POEMA 174


La tarde se disuelve en el ocaso.
Es un mundo encadenado
a un ciclo.
No hay forma de huir de la muerte.
La noche palidece al mirarme, yo palidezco al contemplarla.
Hay dolor en el espesor del aire.
Voces inconexas taladran el espacio.
El horizonte multicolor se va esfumando.
¡Oh de la muerte que viva se arrastra!
¡Oh del silencio que en un bullicio regurgita las voces!
¡Ay de mí que elevo una plegaria quién sabe a qué dioses!
La tarde se desintegra paso a paso,
yo me voy deshaciendo, deshilachando, desdibujando...
No tengo las llaves de estas cadenas para poder escapar.


Paula Cruz Roggero


POEMA 173



Esta mañana no hay palabras,
ni estrofas, ni versos, ni nada.
Me siento a contemplar
la claridad del amanecer,
cómo despunta la luz entre
las sombras más opacas 
y me parece verte pasar
A paso apurado envuelto
en una bufanda gris.
Tú eres sin saberlo
la razón de ser de cada mañana
He visto tus ojos negros 
como mundos paralelos,
la nariz recortada y perfecta
y la boca dormida en un mohín 
que parece estar a punto
de gotear y caerse de tu rostro.
Ardes con fuego propio
en medio del frío invernal,
tu calor me enciende
y siento mi sangre circular...
Desconocido ¿Cuál será tu nombre?
¿Cómo te debo llamar?
¿Por qué entre todas las cabezas
yo prefiero tu cabeza?
¿Por qué tu boca y ninguna más?
¿Por qué brilla una lágrima si no te veo?
¿Por qué se llena de impulso mi arteria
cuando te veo caminar?
Eres sin duda un gran reflejo,
la sombra exacta de algo más,
un sueño que soñé algún día
y que no puedo olvidar.
Te quiero sangre con sangre,
comunión con comunión,
cuerpo, ostia, sueño y pálida realidad.

Paula Cruz Roggero


domingo, 26 de julio de 2020

POEMA 172


El alma de la noche cubre la ciudad.
Todo es duro pavimento y desolación.
La madrugada palpita en silencio.
Duele la noche , se sufre...
Primitivo mi sentimiento...
A ti te debo tantas cosas
Una cabellera de astros
cubre  mi horizonte.
Te debo mis letras y algún
verso encallado en las curvas de mi cuerpo.
¿Cómo haré para pagarte?
Estoy fisurada por dentro,
y lloro en alguna esquina olvidada
la última lágrima que resta 
a esta mujer de papel...
A ti te debo tanto
que no podré...
no, no podré,..

Paula Cruz Roggero


POEMA 171


Moradora del mundo del silencio
en la fragua de tus palabras voy,
moldeada bajo tu "fiat lux",
Desgajada de algún verso.
No me mueve sino una estrofa
que se pierde en el vacío 
de una noche desdibujada
En la tinción del horizonte negro.
Suelo preguntarme quién soy
o si alguien me sueña...
Sólo tu presencia amor mío
me devuelve a la realidad
Y si existe un Dios, sabe del martirio de mi carne
de la espesura de mi sangre
de la extraña palidez
que me envuelve como un manto
demacrado e intenso.
Habito en este mutismo
lleno de palabras ajenas
Escucho el ir y venir de cada una
sin significado, sin contundencia...
Y sueño, sí sueño con la libertad de un verso
cuando llegue el alba.

Paula Cruz Roggero




POEMA 170


Caminaba por las heladas calles de Salinas
respirando el salobre del mar,
encontrando al árbol y a la flor,
comulgando con un rayo de sol.
En la piel vestía tu recuerdo,
que me abrigaba el corazón,
el rostro lo llevaba al viento,
que con sus dedos fríos me acariciaba.
Son las 7 amor mío 
y no te veo pasar..
No juegas con tu cabello,
ni acomodas tu abrigo una y otra vez.
Me siento desolada,
los cristales del frío lo cubren todo
y como esa escarcha estoy yo sin ti.
¡Qué extraño es este mundo
donde todo se reduce a esperar
a las siete de la mañana!
Donde todo el día es una preparación
para las siete donde me cruzo con tus ojos
y los descubro una y otra vez...
Son ojos grises
que resplandecen
en los claroscuros de la mañana,
son ojos tristes que fulguran
con la primer salida del sol.
...y yo, solo una caminante enamorada de la fugacidad
de tu mirada.
Tanto es así que si tus ojos no están
tampoco estoy yo.


Paula Cruz Roggero



sábado, 25 de julio de 2020

POEMÁ 169


Sueño, la muerte trasoñada.
Un cielo púrpura sobre mi cabeza
y tus ojos azules,
Incomprensiblemente azules.
Duelen los sueños amor,
la noche casi no respira
y yo no tengo aliento,
apenas un hálito como agonizando...
Y sigues amor a mi lado, 
sombra  a mi lado
cadencia, flor espinada,..
Amor, amor, amor como un filoso cuchillo.  
Con las manos punzantes.
Con los ojos como culebras 
envolviendo mi cuerpo
¿Y qué haré ahora contigo?
Bajo  la luz de tu mirada se templa mi cuerpo,
Eres mi fragua y moldeas mi cuerpo...
Toda, amor, soy yo candente,
Soy la muerte trasoñadá
El silencio inerte


Pau



POEMA 168


Estoy cansada, en un vahído.
Machucada de sobrevivir.
De sueños estoy hecha, de largas
caminatas bajo las noches que
emponchadas de estrellas
resuelven su oscuridad
en tus pupilas claras, clarísimas...
Me mira absorta,
su silencio duele.
Es como una púa de cristal.
Su larga cabellera arrastra consigo
todos mis astros:
Las sombras, la soledad, la lascivia...
Tirito enferma en una esquina.
Los dedos fríos me acarician el rostro,
y tú no estás ... Y yo casi no estoy...
Estoy cansada, aletargada en el silencio
y la partición de la luna 
que alcanzo a ver,
mengua como un platillo roto
en un cielo demacrado y solitario.

Paulá Cruz Roggero


POEMA 167


El desfasaje con la realidad es duro,
la madrugada se transforma en mañana
y la oscuridad que velaba  mis sueños
se diluye en un rayo de luz.
Me pregunto dónde estás
porque te tuve toda la noche a mi lado
masticando un beso,
afilando un abrazo con tus manos en puntas de Éros,
y nunca llegaron...
Entre las opacidades sólo me resta
el reflejo de tus ojos negros
como templos en la oscuridad,
me deslizo en ellos imantados
de lascivia, de pasión,
 y cientos de culebras rodean mi cuerpo...
Pero la luz rompe el manto de la noche,
el alba multicolor desintegra la madrugada
y miles de espejuelos refractan
los rayos aureolados en el horizonte.
Es una noche más en el desfasaje entre la vida y la muerte.


Paula Cruz Roggero

viernes, 24 de julio de 2020

POEMA 166


En un ángulo de la noche,
perdida entre el manantial del silencio,
aherrojada en el recuerdo de tus ojos,
estoy yo
como una sombra en los claroscuros
una figura en el contraste entre oscuridad y luz
Las paredes me reclaman
con su inmarcesible dolor
y chorrea por la habitación
la soledad invencible.
Augusta me yergo sobre el desamor,
Mientras parpadeas 
sobre mi cuerpo,
renacida flor del deseo
que jamás nunca morirá.
Y desde mi esquina, te veo 
lustroso, embadurnado 
de polvo estelar,
esperando el momento exacto
para la comunión de los cuerpos.
La opacidad es tu cómplice ¡Oh lóbrego labrador de mis curvas!
Me moldeas, arcilla de Dios, 
me haces y deshaces 
Alhajadas tus manos de caricias.
Lujuria sin amor, que me va formando
a tu imagen y semejanza,
Mientras miro en tus ojos verdes como miro en un espejo
mi propia alma.

Paula Cruz Roggero



POEMA 165


Esta tarde doliente
cae como un manto
sobre la ciudad.
Si la miras sedienta
de amor, de paz o de sublimación,
no encontrarás más nada
que la fría piedra.
Es que en esta selva 
de cemento no hay lugar
para mí,
yo soy un cuchillo de flores,
una luz entre sombras,
una retahíla de sueños,
manos de clepsidras, 
vientos de silencios
y aquel lirio blanco que ves
colgando del florero
_única flor_
Pero la piedra me consume a veces.
Endurece mis raíces átonas, 
no deja crecer a mis tallos...
Es una algaba intrincada y ebúrnea..
Por eso es una tarde doliente,
donde el horizonte 
queda perdido entre la piedra
y el abanico multicolor
del ocaso apenas baña 
con sus reflejos los edificios.
La noche se acerca mientras
el sereno me empapa
y allí descubro que mi silencio
está lleno de pájaros,
mi cuerpo de animales sueltos,
y la oscuridad es un harapo viejo
que cubre el dolor que la tarde me deja.

Paula Cruz Roggero