Al alba, mariposa rosácea
que se desvanece segundo tras segundo,
me siento tras el ventanal
acompañada del sonido del silencio.
Sólo algunos pajarillos picudos
lo resquebrajan con sus cánticos
de vez en cuando
y el salobre del mar se mezcla
con el fino rocío en el jardín.
Tu recuerdo avanza
minuto a minuto como el día,
y su tinción desmadeja
los colores del horizonte.
El tiempo se presta para jugar
y como una Penélope
lo hilacho y lo deshilacho
pensando en ti, en tu cabeza plateada,
sobre mi falda en las madrugadas,
en tu perfil recortado en la oscuridad,
en tu boca... Boca húmeda,
huerto de mil besares...
Y el alba se transforma en la mañana
y el silencio en bullicio permanente
y tu recuerdo en humo gris
que se esfuma lentamente.
Día tras día el ritual de la aurora
me deja el agrio sabor
porque tú ya no estás.
Paula Cruz Roggero
ResponderEliminarBuenas tardes: - Hermoso poema. Lectura fascinante.
.
Tenga un día feliz
atentamente
Pero está en tu poesía.
ResponderEliminarY deslumbra.
Besos.
Pues ese amanecer que nos despierta el alma bien vale los versos que te inspira.
ResponderEliminarUn abrazo, Paula
Ese Alba es sin duda uno de los momentos más bellos del día .
ResponderEliminarBonitas siempre tus palabras .
Un abrazo Paula .
Un poema hermoso que mezcla el amor y la pasión con la belleza de la naturaleza, abrasos
ResponderEliminar