miércoles, 29 de julio de 2020

POEMA 178


La voz del silencio habla
entre cuatro paredes.
Es dolor todo lo que hay.
No puedo detener los sonidos
inconexos y delirantes
de la vieja llaga que supura flores.
Tu cuerpo es de flores
y me miras erguido y lúbrico desde tu altar. 
Tu sangre espesa me bautiza
Eres gigante en tu atrio
desde donde te abismas a mirarme.
Quiero tu cuerpo lustroso embadurnado de la noche
para perderme en sus valles
y fluir por sus aguas llena de ti.
Sin embargo, es dolor todo lo que hay
y es recuerdo todo lo que me persigue.
Eres un fuego fatuo que me encandila.
Y en una lluvia de pétalos
finalmente me quedo dormida.

Paula Cruz Roggero







POEMA 177


El rocío empapa los vidrios,
es como un gran cristal derritiéndose.
La mañana se abre paso
entre la tinción parda de la noche
y un abanico de colores en el horizonte.
Me gusta sentarme y escribir a esta hora
cuando
el silencio se resquebraja
y un alud de sonidos rompe el mutismo.
El parpadeo de mis ojos parece
sacudir los árboles afuera.
El viento tiene  un frío que
quiebra mis huesos...
Pero nada importa, solo sentarme y escribir
una y otra vez, uno y otro borrador.
Es el ritual del borrador,
uno tras otro,
palabras que se quiebran
mientras miro la ventana.
Podría hablar de ti
de mí, y de muchos otros.
Del recuerdo, del pasado
Y de este ahora  a veces lóbrego,
a veces lleno de luz...
pero prefiero mi ritual mañanero
de no saber qué decir,
Al fin y al cabo
algún día sabré para qué 
me siento tan temprano a escribir,

Paula Cruz Roggero



lunes, 27 de julio de 2020

POEMA 176



Sueño deliberado en la noche doliente
Las estrellas son como esquirlas brillamtes.
No podemos dejar de mirar la hondura oscura
ni la profundidad de sus sombras.
Busca un rincón que apacigüe
mi alma,
un pliegue donde me confunda
con la oscuridad,
sus manos tocarán mi piel con la yema fría
de sus largos dedos negros.
y sentiré como humedece mi cuerpo
su cuerpo extenso agostado sobre mí.
..y la noche sigue doliendo
mientras observamos 
su fular de estrellas
en un recodo de la opacidad
y florece el miedo  a mi lado,
rosa extravagante
que perfuma el dolor..
¿Por qué me duele la noche esquirlada?
¿Por qué el miedo a las sombras y su opacidad?
Me acurruco en en rincón entre tus brazos
rogando que no me sueltes nunca jamás.


Paula Cruz Roggero










POEMA 175


El silencio es una cuna
donde me voy a hamacar 
Haz silencio esta noche
en medio de este frío espectral.
Quiero apoyar mi cabeza 
sobre tus piernas fuertes
y que se diluyan las sombras
en tibios claroscuros.
Quiero mirarte al rostro 
cansino y ajado por los años
y encontrarte allí 
debajo de los surcos del tiempo.
Hoy necesito del silencio,
para cerrar los ojos y soñar,
Que las voces inconexas
sean cánticos de luna,
Y toda yo en un arrumaco
tirite entre tus recodos
Y todo tú en un abrazo
seas como una hondonada
donde refugiarme ...
Necesito del silencio
para poder seguir.


Paula Cruz Roggero


POEMA 174


La tarde se disuelve en el ocaso.
Es un mundo encadenado
a un ciclo.
No hay forma de huir de la muerte.
La noche palidece al mirarme, yo palidezco al contemplarla.
Hay dolor en el espesor del aire.
Voces inconexas taladran el espacio.
El horizonte multicolor se va esfumando.
¡Oh de la muerte que viva se arrastra!
¡Oh del silencio que en un bullicio regurgita las voces!
¡Ay de mí que elevo una plegaria quién sabe a qué dioses!
La tarde se desintegra paso a paso,
yo me voy deshaciendo, deshilachando, desdibujando...
No tengo las llaves de estas cadenas para poder escapar.


Paula Cruz Roggero


POEMA 173



Esta mañana no hay palabras,
ni estrofas, ni versos, ni nada.
Me siento a contemplar
la claridad del amanecer,
cómo despunta la luz entre
las sombras más opacas 
y me parece verte pasar
A paso apurado envuelto
en una bufanda gris.
Tú eres sin saberlo
la razón de ser de cada mañana
He visto tus ojos negros 
como mundos paralelos,
la nariz recortada y perfecta
y la boca dormida en un mohín 
que parece estar a punto
de gotear y caerse de tu rostro.
Ardes con fuego propio
en medio del frío invernal,
tu calor me enciende
y siento mi sangre circular...
Desconocido ¿Cuál será tu nombre?
¿Cómo te debo llamar?
¿Por qué entre todas las cabezas
yo prefiero tu cabeza?
¿Por qué tu boca y ninguna más?
¿Por qué brilla una lágrima si no te veo?
¿Por qué se llena de impulso mi arteria
cuando te veo caminar?
Eres sin duda un gran reflejo,
la sombra exacta de algo más,
un sueño que soñé algún día
y que no puedo olvidar.
Te quiero sangre con sangre,
comunión con comunión,
cuerpo, ostia, sueño y pálida realidad.

Paula Cruz Roggero


domingo, 26 de julio de 2020

POEMA 172


El alma de la noche cubre la ciudad.
Todo es duro pavimento y desolación.
La madrugada palpita en silencio.
Duele la noche , se sufre...
Primitivo mi sentimiento...
A ti te debo tantas cosas
Una cabellera de astros
cubre  mi horizonte.
Te debo mis letras y algún
verso encallado en las curvas de mi cuerpo.
¿Cómo haré para pagarte?
Estoy fisurada por dentro,
y lloro en alguna esquina olvidada
la última lágrima que resta 
a esta mujer de papel...
A ti te debo tanto
que no podré...
no, no podré,..

Paula Cruz Roggero


POEMA 171


Moradora del mundo del silencio
en la fragua de tus palabras voy,
moldeada bajo tu "fiat lux",
Desgajada de algún verso.
No me mueve sino una estrofa
que se pierde en el vacío 
de una noche desdibujada
En la tinción del horizonte negro.
Suelo preguntarme quién soy
o si alguien me sueña...
Sólo tu presencia amor mío
me devuelve a la realidad
Y si existe un Dios, sabe del martirio de mi carne
de la espesura de mi sangre
de la extraña palidez
que me envuelve como un manto
demacrado e intenso.
Habito en este mutismo
lleno de palabras ajenas
Escucho el ir y venir de cada una
sin significado, sin contundencia...
Y sueño, sí sueño con la libertad de un verso
cuando llegue el alba.

Paula Cruz Roggero




POEMA 170


Caminaba por las heladas calles de Salinas
respirando el salobre del mar,
encontrando al árbol y a la flor,
comulgando con un rayo de sol.
En la piel vestía tu recuerdo,
que me abrigaba el corazón,
el rostro lo llevaba al viento,
que con sus dedos fríos me acariciaba.
Son las 7 amor mío 
y no te veo pasar..
No juegas con tu cabello,
ni acomodas tu abrigo una y otra vez.
Me siento desolada,
los cristales del frío lo cubren todo
y como esa escarcha estoy yo sin ti.
¡Qué extraño es este mundo
donde todo se reduce a esperar
a las siete de la mañana!
Donde todo el día es una preparación
para las siete donde me cruzo con tus ojos
y los descubro una y otra vez...
Son ojos grises
que resplandecen
en los claroscuros de la mañana,
son ojos tristes que fulguran
con la primer salida del sol.
...y yo, solo una caminante enamorada de la fugacidad
de tu mirada.
Tanto es así que si tus ojos no están
tampoco estoy yo.


Paula Cruz Roggero



sábado, 25 de julio de 2020

POEMÁ 169


Sueño, la muerte trasoñada.
Un cielo púrpura sobre mi cabeza
y tus ojos azules,
Incomprensiblemente azules.
Duelen los sueños amor,
la noche casi no respira
y yo no tengo aliento,
apenas un hálito como agonizando...
Y sigues amor a mi lado, 
sombra  a mi lado
cadencia, flor espinada,..
Amor, amor, amor como un filoso cuchillo.  
Con las manos punzantes.
Con los ojos como culebras 
envolviendo mi cuerpo
¿Y qué haré ahora contigo?
Bajo  la luz de tu mirada se templa mi cuerpo,
Eres mi fragua y moldeas mi cuerpo...
Toda, amor, soy yo candente,
Soy la muerte trasoñadá
El silencio inerte


Pau



POEMA 168


Estoy cansada, en un vahído.
Machucada de sobrevivir.
De sueños estoy hecha, de largas
caminatas bajo las noches que
emponchadas de estrellas
resuelven su oscuridad
en tus pupilas claras, clarísimas...
Me mira absorta,
su silencio duele.
Es como una púa de cristal.
Su larga cabellera arrastra consigo
todos mis astros:
Las sombras, la soledad, la lascivia...
Tirito enferma en una esquina.
Los dedos fríos me acarician el rostro,
y tú no estás ... Y yo casi no estoy...
Estoy cansada, aletargada en el silencio
y la partición de la luna 
que alcanzo a ver,
mengua como un platillo roto
en un cielo demacrado y solitario.

Paulá Cruz Roggero


POEMA 167


El desfasaje con la realidad es duro,
la madrugada se transforma en mañana
y la oscuridad que velaba  mis sueños
se diluye en un rayo de luz.
Me pregunto dónde estás
porque te tuve toda la noche a mi lado
masticando un beso,
afilando un abrazo con tus manos en puntas de Éros,
y nunca llegaron...
Entre las opacidades sólo me resta
el reflejo de tus ojos negros
como templos en la oscuridad,
me deslizo en ellos imantados
de lascivia, de pasión,
 y cientos de culebras rodean mi cuerpo...
Pero la luz rompe el manto de la noche,
el alba multicolor desintegra la madrugada
y miles de espejuelos refractan
los rayos aureolados en el horizonte.
Es una noche más en el desfasaje entre la vida y la muerte.


Paula Cruz Roggero

viernes, 24 de julio de 2020

POEMA 166


En un ángulo de la noche,
perdida entre el manantial del silencio,
aherrojada en el recuerdo de tus ojos,
estoy yo
como una sombra en los claroscuros
una figura en el contraste entre oscuridad y luz
Las paredes me reclaman
con su inmarcesible dolor
y chorrea por la habitación
la soledad invencible.
Augusta me yergo sobre el desamor,
Mientras parpadeas 
sobre mi cuerpo,
renacida flor del deseo
que jamás nunca morirá.
Y desde mi esquina, te veo 
lustroso, embadurnado 
de polvo estelar,
esperando el momento exacto
para la comunión de los cuerpos.
La opacidad es tu cómplice ¡Oh lóbrego labrador de mis curvas!
Me moldeas, arcilla de Dios, 
me haces y deshaces 
Alhajadas tus manos de caricias.
Lujuria sin amor, que me va formando
a tu imagen y semejanza,
Mientras miro en tus ojos verdes como miro en un espejo
mi propia alma.

Paula Cruz Roggero



POEMA 165


Esta tarde doliente
cae como un manto
sobre la ciudad.
Si la miras sedienta
de amor, de paz o de sublimación,
no encontrarás más nada
que la fría piedra.
Es que en esta selva 
de cemento no hay lugar
para mí,
yo soy un cuchillo de flores,
una luz entre sombras,
una retahíla de sueños,
manos de clepsidras, 
vientos de silencios
y aquel lirio blanco que ves
colgando del florero
_única flor_
Pero la piedra me consume a veces.
Endurece mis raíces átonas, 
no deja crecer a mis tallos...
Es una algaba intrincada y ebúrnea..
Por eso es una tarde doliente,
donde el horizonte 
queda perdido entre la piedra
y el abanico multicolor
del ocaso apenas baña 
con sus reflejos los edificios.
La noche se acerca mientras
el sereno me empapa
y allí descubro que mi silencio
está lleno de pájaros,
mi cuerpo de animales sueltos,
y la oscuridad es un harapo viejo
que cubre el dolor que la tarde me deja.

Paula Cruz Roggero





POEMA 164


Resbala por la ventana
una gota del rocío mañanero.
Mi piel se eriza al mirarla:
Joven, fresquísima y rápida.
Es un lugar común decir
que es semejante a una lágrima,
pero es que deja surcos tan profundos...
Dibuja en el vidrio
el dolor de la mañana 
y aunque muchos no lo sepan,
ella también tiene alma...
Es efímera, pero ¿quién no lo es?
Se entrevera entre la rubia mañana, ya...
juega a cunas y tumbas,
Surge y resurge de la nada.
Es como una culebra de cristal 
serpenteando en un mundo desconocido... 
se parece un poquito a mí marcha

Paula Cruz Roggero

jueves, 23 de julio de 2020

POEMA 163


Musita un alma generosa
en el pavimento de la ciudad.
Oigo su voz de entrega entre las paredes.
Brillan los altos muros en un cocktail de soledad.
Sentir críptico que va envolviéndolo todo.
Encintada a la noche voy cayendo,
pletórica de añoranzas que vienen y van.
...y esa alma me cuenta historias
de edificios, de plazas,
de lugares llenos de momentos, de bullicio,
pero también de un silencio total.
Y miro la fuente en el parque
y su estatua de piedra que resplandece
aun en las tardes, aun en el ocaso...
Pero¿Quié es esa voz que me llama?
Siento mi cuerpo un ramo de caricias
que no se pueden soltar.
Una retahíla de sueños avanza frente a mis ojos pardos.
que sólo reflejan la noche.
El frío del cemento me hace sentir
una extranjera en mis propios dominios.
Converso contigo, de cuerpo gélido, 
pálido, sucumbiendo entre las sombras.
¿Pero quién eres tú?
Siento llorar a la tarde...
Atávico sueño que me desborda
Y yo... yo musito en el pavimento de la ciudad.

Paula Cruz Roggero

POEMA 162


El alma de las cosas sin nombre
regurgita sueños de ámbar y azmicle,
mixturas de ensueños y soledades,
una combinatoria de perfumes e inciensos
...y los percibo desde el rincón de la habitación
mientras te lloro solitaria y en silencio.
Son paredes sedientas de tu figura,
que beben con avidez tu recuerdo
Y esta sed de ti,
de la textura de tu cuerpo
va consumiendo los muros,
aun los más altos...
Mis manos se mezclan con flores, clepsidras,
ojos de búhos, estrellas no natas.
Si me bebes parirás rosas, si no
serás tan sólo un camino a la voracidad del olvido.

Paula Cruz Roggero

POEMA 161


En la oscuridad de la tarde
vienes a mí, desgajado
de un pétalo de soledad.
Tus ojos son espejuelos
que enseñan mi figura;
tu boca, una gota
en la superficie de tu rostro
Todo tú, como un vaho efímero
que fugaz desaparece...
En el poniente de colores,
en la mezcla de cielo y ciudad,
te escabulles entre las sombras,
eres claroscuros y opacidad.
Por ello, por todo ello me parece verte 
en cada esquina
camuflado con alguien más 
y huelo tu perfume en los caminantes
que van dejando un surco al pasar.
Tu soledad es la presea que consagra mi corazón.
Hay sed de caricias y de un beso final.
En la oscuridad de la tarde
vienes hacia mí coagulado
de un sueño más.

Paula Cruz Roggero

miércoles, 22 de julio de 2020

POEMA 160


En la vieja cisterna invernal
veo mi rostro reflejado
en el agua fría, de pozo.
Es una cisterna abandonada,
corroída por los años.
Me gusta obsevar su profundidad
casi infinita y las sombras
que por las noches juegan en esas aguas.
La cisterna me transporta a otros momentos,
como un deja vu
y siento que he estado allí
¡Desde hace tanto tiempo!
Siempre mirando las aguas
te recuerdo
y me parece que estás a mi lado bebiendo...
Sí bebiendo agua clara y fría.
Mientras ambos reímos de un no sé qué...
La sangre ebullendo contrasta
con el tremendo frescor del agua.
Entonces me alejo con esa extraña sensación
de haber bebido juntos
una antiquísima pócima de amor.

Paula Cruz Roggero






POEMA 159


La madrugada apenas despierta
cuando te percibo a mi lado
y enrosco tu cabello plateado
y delineo tu boca con mis dedos.
Mis manos están llenas 
de ramilletes de caricias 
y poco a poco las voy desperdigando
por tu cuerpo sigilosamente...
Eres perfecto como un dios de cera,
me impresiona esa perfección:
tus muslos fuertes, tu vientre llano
y el recodo rosáceo de tus labios.
Cuando estoy a tu lado soy libre,
Me yergo majestuosa,
y yazgo echada sobre
tus turgencias y planicies.
Cuando estoy lejos
soy sólo sombras
y permanezco en un rincón
escombroso de mi corazón.
De más está decirte
que este amor se dilata
en el tiempo para poder perdurar,
Y que yo lo cultivo día y noche:
Sueño del que no quiero despertar
para ver que te transformas 
en una simple figura de mármol 
que desde una esquina me observa con su mirada de piedra...

Paula Cruz Roggero

martes, 21 de julio de 2020

POEMA 158


Un gato de cristal
araña la realidad
La noche es sólo
un harapo negro
que cubre celosa
las curvas de mi cuerpo.
Tiembla una vela verde
en medio del recinto,
su luz trastoca las cosas...
Me siento deforme en un mundo de espectros.
¿Dónde estás? Me pregunto
Yo pongo las sombras,
tú, el silencio profundo.
Hondo, hondísimo
como las ojeras de la tarde.
El espejo cuaja mi imagen
en un mutismo perfecto.
La música embellece
el rostro de la noche
coagulada de estrellas.
El dolor es una mancha densa
chorreando por los muros
y en la arteria nocturna
te siento palpitar:
una parte de mí en este universo espeso.

Paula Cruz Roggero

POEMA 157


Llueve esta mañana marchitamente,
las gotitas sobre los vidrios
semejan lágrimas de un reino desconocido,
cuentas de cristal que dejan 
estelas a su paso
y me siento a contemplarlas
hipnotizada con su caída
con el deseo de atraparlas...
pero son efímeras,
como efímera soy yo.
Recorren mi piel cuando
abro la gran ventana
y me estremecen con su frialdad.
Me hacen sentir viva,
y las capturo en mi rostro
pareciendo llorar.
¡Cuánta hermosura hay
en algún trocito de dolor!
Ellas me duelen pausadamente
con su intenso frescor...
Son niñas jugando a las rondas
en  un mundo que huye de sus sombras...

Paula Cruz Roggero



POEMA 156


Entre los claroscuros del dormitorio
veo tu rostro
embebido de sueños pasados
y me embriaga el recuerdo
tal un vino largamente añejado.
Las sombras son mis cómplices
y entre los contrastes de oscuridad y luz,
tu rostro ceniciento parece bailar,
desprendido de ti, 
con un fulgor espectral.
¡Ah y tus ojos!
Tus ojos duelen en el recuerdo...
aquellos ojos negros como la noche,
que esparcen su silencio
cubriéndolo todo.
Tus ojos son un templo 
donde caigo inevitablemente,
dos agujeros negros donde me pierdo...
A veces los recuerdos son tan vívidos
que creo estar viéndote  
Mirándome largamente
en la opacidad de un rincón


Paula Cruz Roggero





POEMA 155


El alba maravillosa se despliega frente a mí,
me siento la única observadora,
la dueña de la aurora...
Es fácil que los recuerdos vengan a mí,
tiempos en los que amanecíamos juntos
sentados frente al mar.
A aquel mar omnipotente
que parecía festejar nuestros encuentros,
y nos saludaba con su brisa en la frente.
Tus manos engastadas de caricias
jugaban en la turgencia de mi pecho
recostada mi cabeza sobre 
el cuenco de tus piernas.
Las horas estaban contraídas
y todo ocurría aceleradamente,
tus manos, tu boca, tu cuerpo
palpitaban junto a mí.
Ahora respiro mirando este amanecer
y los recuerdos añejados
van llegando de a poco
habiendo guardado su esencia,
su sabor...
pero el tiempo implacable
separó nuestros caminos
y sólo quedo yo sintiendo
que el alba es mía,
todos los demás son robadores de sueños
ladrones de un pasado que  se dilata en el tiempo
para perdurar
aunque más no sea entre las sombras...

Paula Cruz Roggero



lunes, 20 de julio de 2020

POEMA 154


Hoy en las sombras te vi,
caminabas apurado 
por las viejas calles herrumbradas y silenciosas,
Eras lustroso y embadurnado
de tinturas de misterio.
Tu mirada ausente 
reverdecía en el espacio.
Llevabas colgada un alma...
Parecías llorar la vida
con la boca goteando en un mohin ...
Me gustó tu paso a prisa,
aunque pude ver tan poco de ti.
Tras el ventanal las sombras de la tarde
 me enseñan tan sólo contornos
Y yo presiento contenidos...
Presiento tu corazón
Y percibo pulsar la sangre en tus venas
Santo extraño te siento una parte de mí.

Paula Cruz Roggero


POEMA 153


Somos todos exiliados
de un lugar sin forma ni medida,
 pasamos la vida buscando el camino de retorno.
Y en ese andar a tientas coincidimos
o nos desencontramos,
vemos contornos en los claroscuros
o luchamos con la oscuridad total.
A veces descendemos al abismo,
otras nos contorneamos en los contrastes
entre sombras opacas y luz,
pero siempre estamos en la búsqueda
Siempre procurando el camino original...
En medio de eso hay huertas de caricias,
cultivos de besos ajados de silencio,
de otros exiliados en busca también
del camino al origen final...
¿Cómo será el retorno a casa?
¿Cuál será el sabor de nuestro primitivo hogar?
Sigo en la lobreguez buscando
el sendero de adoquines,
la ruta que lleva ál atávico lugar
¿Para qué? Me pregunto
_ Para no ser una exiliada más.

Paula Cruz Roggero.




domingo, 19 de julio de 2020

POEMA 152


Una sinfonía de tactos
Oliéndome la piel.
Precipitados gustos
sobre la extensión de mi cuerpo.
¿Quién soy yo en este mundo hostil?
¿Quién eres tú en este mundo deforme?
La noche me observó alucinada
Mi cabello es una estela de estrellas
Mis ojeras, pozos hundidos
que la tarde profundizó.
¿Quienes somos en el ensueño?
Tus ojos son como dos agujeros negros
donde me hundo en silencio.
Una sinfonía de sueños
haciendo estragos
en la madrugada.


Paula Cruz Roggero


POEMA 151


La madrugada despierta a la luz.
Una sinfonía de colores
esfuma el índigo del horizonte.
Me siento a pensar
si merezco este cielo
esta aurora frente al mar...
La noche fue turbia y espesa,
empapada de un silencio cruel,
Sin embargo la mañana 
filtra las sombras en hilos dorados 
y todo parece renacer...
Yo renazco, a mí. me bautiza el nuevo sol.
El mar rompe el silencio en las orillas
y luego se retira a descansar.
Mientras observo
me siento incapaz de merecer tanto
y sólo puedo encadenar una 
lágrima a una cadena de lloros
en cada alba que viene y que va.

Paula Cruz Roggero

POEMA 150


Hoy una hilacha de luz cruzó la ventana.
¡Cuánta felicidad por eso!
¡Cuántos ayeres vinieron a mí
enroscados en ese hilo de luz.
Ayeres cálidos, pletóricos
de añoranza.
Y a través de los tímidos rayos
pude ver cuánto más fuerte
es la luz que la oscuridad,
Pude observar como asustadas
retrocedían las sombras...
Cuán fuerte el alba,
y enmudecí cuando hilacha tras holacha
la hábitación se convirtió 
en un espacio fulgurante....
No hay recuerdos, ni hay olvidoss
sólo el regalo del presente
Adpnde el dormitorio
como si fuese de oro
resplandece frente a mí.


Paula Cruz Roggero

sábado, 18 de julio de 2020

POEMA 149


Por la ruta del olvido
por el camino empedrado
del no recordar
voy marcando un surco
pletórico de caricias,
cultivado de besos que ya no están.
...y encuentro en ese sendero
cientos de manos que mi cuerpo tejieron
¡Ah y bocas!  de cuyos labios bebí,
todas abandonadas entre
los adoquines del pasado,
enterradas en las grietas del camino.
Y entre todo lo que olvido
está tu nombre, el principal...
Todo son manos, clepsidras, alhajas de misterio
y partes de un alma marchita
que entre cuatro paredes
se disuelve chorreando por los muros.
como sangre densa.
El olvido puede doler mucho más que recordar.

Paula Cruz Roggero

POEMA 148


En la llanura de la mañana
te escribo amor mío
porque la madrugada se ha ido
y yo he contado las horas
para que despuntara el sol
como una vieja oblea sangrienta
en el índigo del horizonte.
Amor las horas cuajan lento sin ti
y coaguladas en mis venas
gotean tu nombre una y otra vez.
El pájaro picudo de la soledad
muerde mis entrañas sin piedad.
La clepsidra de oro tiembla al compás 
de este tiempo enlentecido y voraz.
¿Amor por qué será que el tiempo
tanscurre tan lento cuando no estás
y se acelera cuando irrumpes en la realidad?

Paula Cruz Roggero

POEMA 147


Llueve cansinamente,
tu recuerdo y yo jugamos
entre las sombras opacas
y la pálida luz.
Has venido a mí esta mañana
en la que el sol no despunta,
y temblando entre mis manos
yo te recibí.
Tu cabeza plateada fulguraba 
en los claroscuros
y tus ojos de miel
eran panal para mis entrañas.
Te veo en los reflejos del espejo,
y en cada esquina de la habitación,
trémulo te acercas a mí
pero jamás logro tocarte,
jamás acariciar tu mejilla.
La lluvia se encrudece
y entre su sonido
me parece escuchar tu voz.
Una voz que me llama,
que canta mi nombre,
una voz, simplemente tu voz.
Y entre tanto amar tu sombra,
observo las gotitas en la ventana
como sangre fluyendo espesamente,
y comprendo que eres una parte más
del dolor,
una partición de mi corazón.

Paula Cruz Roggero

viernes, 17 de julio de 2020

POEMA 146


Hoy te veo,
plantado como un tallo 
que sube y sube a la luz.
Semilla morena
que ha palidecido
frente a mis ojos
con las ojeras 
que la tarde ha cultivado
en tu rostro macilento.
Eres hermoso en cada curva,
magnífico en tus honduras,
y luces ojos como faroles
que me guían en la estela de tu luz.
Tus piernas son fuertes
y tus brazos me sostienen 
como sostienen una flor.
Tus ojos, son un templo,
un pozo oscuro
y desde su opacidad me miran absortos enredados en mi cabello,
tacando mi boca con su mirada.
Hoy al verte me siento inerme,
frágil, tan frágil frente a su oscuridad.
Y como un vórtice donde perderme
caigo en ellos irremediablemente...
Ay hoy te veo¡

Paula Cruz Roggero


POEMA 145


La tarde se aproxima,
cuna de sombras
vértice de una mañana estéril
que lentamente se va.
Los sonidos del silencio
aúllan entre árboles de invierno.
En este frío coagulado
en la arteria invernal
sólo tu recuerdo es cálido:
fogata que no apaga ni el silencio, ni la soledad.
Basta observar las esquinas
entre estas cuatro paredes
para hallarte fulgurante
con los ojos ahondados de tristeza,
y un beso goteando de tu boca,
encendido entre las cenizas del ayer.
Cómo quisiera alcanzarte con mis manos
romper la distancia hermética
y traspasar la dimensión!...
Entonces cuerpo con cuerpo
festejar nuestras pieles,
apagar todo tu fulgor en mí,
prenderme en una llama yo.
...pero la tarde es sólo una arista de la realidad
Y no tengo más opción
que aceptar sus rincones oscuros.

Paula Cruz Roggero


POEMA 144

Hoy necesito de ti más que nunca,
porque nunca es poco 
para necesitarte.
...y es una sensación que lo abarca todo,
mi cuerpo y cada rincón de mi ser
Tiemblo a tu lado,
me marchito si te vas
Soy flor en tus manos,
soy tallo y también raíz.
Soy luz en las sombras
Soy tu sombra en la luz
Necesito de la comunión de los cuerpos,
tu boca es ostia para mí.
Bebo de ti en tus hondonadas,
Muerdo las turgencias de tu ser
Necesito del sueño de tus labios
que son verja de abismo hacia ti.
Hoy te necesito,
piel contra piel,
Todo tú suelto en mí,
toda yo recibiéndote.
Más que nunca...

Paula Cruz Roggero



jueves, 16 de julio de 2020

POEMA 143


En una esquina del dormitorio,
en un doblez de la oscuridad
fue que te vi, mayestático, asombroso...
lleno de corazón tras la piedra.
Llorabas tu inmovilidad, 
tu seno de mármol violeta,
Y se desprendían de tus manos 
caricias que nunca jamás serán.
Tu cuerpo pétreo ajado pot el tiempo
lucía magnífica perfección.
Tu silencio era un canto,
Tu mirada, un enredo de culebras,
tus muslos troncos de una castá
que no se sabe  si existe.
Estatuilla ebúrnea  
besaría tus recovecos, 
las turgencias y las hondonadas de tu cuerpo.
Eres perfecto en tu mutismo,
en la forma que tienes de amarme:
Inmóvil y silemcioso
en
la opacidad de las sombeas


Paula Cruz Roggero



POEMA 142




La tarde regurgita flores
y me mira absorta,
su bello rostro
emana los últimos rayos de luz.
Es un caleidoscopio, un vórtice de silencio
y llora su última lágrima por mí.
En este mundo hay tardes pero no mañanas,
y noches que no parecen tener fin.
Me hinco en el ocaso con sólo una plegaria:
que el sueño se lleve el dolor sin fin
con sus manos enguantadas
de caricias lujuriosas
acaricie mi corazón
en el poniente añil.

Paula Cruz Roggero

POEMA 141



Veo tu cuerpo  en las esquinas
engrasadas por la oscuridad.
Tus ojos regurgitan sueños...
Eres como múltiples estatuillas
de cristal.
Tu boca, manantial de besos.
Está seca por el vidrio que te rodea
Y hay en tu sombra un llanto opaco,
un deseo de movilidad,..
Si tan sólo pudieroa abrazarte
y acabar con tu frialdad!
Ya no serías una parte embadurnada de los rincones,
Ni lucharías con la opacidad,
Mis manos te alcanzarían.
Mientras la noche y el silencio jugárían en  el epicentro de tu ser a los claroscuros 
Y yo hincada ante el lecho 
Te rezaría una plegáriaen en el oráculo del amor.

Paula Cruz Roggero 

miércoles, 15 de julio de 2020

POEMA 140


En la tenebrosidad,
en el misterio,
en la lobreguez,
palpitan tus manos
ajadas de silencio
y coaguladas de caricias que nunca fueron.
El aire embellecido y con su espesor,
me aherroja en la vulgaridad
de una felicidad incipiente.
...por ello me pierdo en la búsqueda de algún dolor: 
en el cuajar de un tacto
entre tú y yo,
Qué sepa Dios que tus manos
sólo han sobrevolado mi ser
sin detenerse en en sus turgencias, ni en sus hondos valles!
Qué sepa que tus ojos ataviados
de miles de serpientes,
sólo logran enredarme
en un pozo sin fin, una cisterna de invierno,
Pero jamás alzaste tu mirada
y nuestros cuerpos fueron 
sólo continentes del ser.
...y el huerto de caricias que hemos cultivado
florece en la distacia, en la hermeticidad
de la distancia entre tú y yo.
En la tenebrosidad,
en el misterio,
en la lobreguez,
cosecho la noche
resquebrajada de estrellas:
lámpara de sombras.

Paula Cruz Roggero



POEMA 139


En la lobreguez de la noche,
el pájaro picudo carcome mis entrañas,
lleva el vuelo de un cóndor
Y las alas de un águila.
Fluye por mi cuerpo
Como las sierpes de una extraña casta,
Mi piel es el cieno donde
se estanca.
Y se abisma sobre mí
desde una torre alta:
sus ojos hechiceros
enredan mi alma.
Hay cientos de cabezas
de esta culebra parda!
Yo dormito las horas,
apago las luces demacradas,
Y entre sombra y luz los veo
Muriendo de silencio
Amor mío, agostada
sobre el lecho húmedo 
que un día cultiváramos.


Paula Cruz Roggero

POEMA 138


Tarde del 15 de julio,
veo al invierno florecer,
bañado de hojas amarillas,
enlutado por el silencio.
Vienen a mí una hilera de pensamientos
que nunca acabo de comprender;  
Son recuerdos de tus ojos,
de cada pestañeo, de cada parpadeo,
de aquel verde transparente
por donde se te escapaba el alma.
Son las quince y diez y tiemblo ante el reloj,
Amor, no puedo olvidarte 
ni tan sólo acabar contigo
con la punta afilada de un ramo de rosas..
Te sangraré por dentro,
supurarás como una llaga
Y seguiré mirando el jardín 
buscando tu mirada.

Paula Cruz Roggero