En la suprema oscuridad
me regodeo como las sierpes
en un hábitat pantanoso.
Soy la culebra que se eleva
en las sombras más oscuras,
y busco el tinte más pálido
donde me dejo ver:
un cuerpo arqueado y lúbrico,
con el pecho turgente
y la hondonada de las caderas
profunda, profundísima...
Tú no me ves, pero me sientes:
arqueada sobre la muralla de tu vientre
recostada entre tus piernas fuertes.
Mezclado el aroma de tu cuerpo en flor
con el olor dulcísimo de una caricia....
En esta oscuridad
que carcome lentamente mis entrañas
te observo entre los juncos de mis pestañas,
te miro desde una esquina
brotada de silencio
Me echo sobre tu sexo
lustrosa estatua
Estas sombras que me envuelven
me hacen tiritar en cada claroscuro,
Pensando, siempre pensando en ti.
Paula Cruz Roggero
El que no te ve, seguramente intuye o imagina el serpentear de tu piel sobre la suya.
ResponderEliminarBonito poema. Un abrazo
Hola preciosa, siempre persiguiendo tu blog, hoy he llegado, ademas de poma reflexión. Abrazos veraniegos
ResponderEliminarVersos sinceros Paula tu poesía esta llena de sensibilidad
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